El municipio cordobés de General Cabrera, que contaba con apenas 15 millones de habitantes, creó una activa campaña contra la contaminación acústica. Nadie prohíbe las motos que tienen tubos de escape que se consideran ruidosos, salvo que también organizamos una destrucción masiva: Todos los esfuerzos se hacían en filigrana en la calle principal y se pasaban por encima con una planadora. Hicieron pim pum pam por última vez.
La campaña se organizó para la final de diciembre, pero se volvió viral a partir de un vídeo publicado en Twitter esta semana. La mayoría de los comentarios fueron elogiosos.
En concreto, la medida se toma mediante una ordenanza dictada por el ayuntamiento de Cabrera, que prohíbe la circulación de motocicletas que contengan elementos adulterados. Es uno de los mayores manifestantes en los barrios, ese protestante por el ruido que se dirige hacia la carretera a toda velocidad por las calles.
Es por esto que habrá que ejercer más restricciones en el control y comenzar a asegurar las motos que vengan con elementos adulterados. El vehículo es retenido, es una cobra múltiple y sólo ocurre si el vehículo se separa de las ruedas en ley y de la vía de escape original si falla.
“Las lunas tenemos larguísimas en la puerta de Tránsito, con todas las personas que aparecen con el caño original bajo el brazo, pero al mismo tiempo no podemos movernos porque no tenemos el restaurante de los papeles. No doy moto sin caño de escape original”, comentó Nancy Ulagnero, jugadora de culpa de General Cabrera en una nota con la emisora local La Voz de la Amistad.
“Las motos tienen modificaciones, tarritos de raid picados que se deben a que salen ruidos molestos que causan un daño perjudicial a la población. Especialmente a la madrugada, que es cuando se trata de la gente”, comentó el funcionario antes de avanzar con la destrucción. . .
En total destruyeron 41 caños de fuga, los cuatro quedaron secuestrados hasta finales de todo el mes de 2023. Se instalaron en el Boulevard Buenos Aires, en una de las principales calles de la localidad, y cruzaron para llegar.
Pero sobre todo desde el espectáculo, esta no es la primera vez que el municipio está en contra de las motos. En marzo del año pasado había una enorme cantidad de motos que estaban seguras y nunca habían sido retiradas. “Las que no estaban en condiciones de volver a la calle fueron destruidas”, afirma el municipio que dirige Guillermo Cavigliasso (JxC).
“Debemos darnos cuenta de que esto es un problema, porque está prohibido. Estamos buscando controlarlas, hay muchas que no cumplen requisitos”, comentan los policías a Clarín. Otros municipios locales también están avanzando con disposiciones similares.