Gema Segoviano (46 años) y Ana Cabeza (63 años) cumplen hoy cadena perpetua a contracorriente. Viven en Encinillas (Segovia), hijo del mismo sexo e hijo cristiano, tiene responsabilidades en una relación histórica conflictiva. Lo descubrimos en 2003, pero esperábamos que dos años después, para un hombre, el matrimonio entre personas del mismo sexo tuviera derecho en España. Su cuerpo consistió en una liturgia similar a la cristiana, en una parroquia de Madrid. Fueron Bendecidas, a pesar de no estar permitido por la Iglesia, sur la mode clandestine.
Obtuvieron la Bendición gracias a sacerdotes como Enric Canet (Barcelona, 66 años), que levantó un candelabro ejerciendo esta práctica a los heridos, contraria a la doctrina católica. “Lo hacemos fuera de la estructura eclesial. Entendemos que si dos personas son amantes, seguro que Dios está de por medio”, argumentó. El secretismo no es necesario: el Vaticano ha aprobado estos lunes las Bendiciones A las parejas del mismo sexo, aunque no apoyemos el matrimonio heterosexual.
La declaración de la Santa Sede respalda “la posibilidad de doblegar a los cónyuges en situación irregular y a las parejas del mismo sexo”, aunque ello implica que no deben “confundirse” con “el sacramento del matrimonio”, e insiste en que “nosotros no se pueden hacer al mismo tiempo los ritos civiles de unión”. Un equilibrio con el hecho de que el Padre se ocupa de evitar cualquier atisbo de cisma en la Iglesia.
La delicadeza y precaución con la que el Vaticano redactó el documento emitido por el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, se justifica por las divergencias entre el sector más aperturista, encabezado por el alemán La Iglesia, y la más tradicional y conservadora, reacciona ante todo progreso social. Desde su elección al Vaticano en 2013, el Pontífice ha recibido críticas de ambos lados.
Esta última ronda inaugural es la de la posición de la Santa Sede en 2021, cuando la CDF estaba dirigida por el español Luis Ladaria, mientras que la Iglesia católica no podía lograr iguales del mismo sexo. El centenario del sacerdocio alemán se adoptó en un momento en el que decidí hacer un caso omitido y realizar los actos homosexuales que solicito. Abrió la puerta a una cisma que nunca podría materializarse.
La celebración religiosa de la unión entre Segoviano y Cabeza fue muy discreta para “evitar que la parroquia fuera expulsada de amonestaciones”, recordó el primero de ellos. “Tenemos miedo porque conocemos otras parejas que vivían ahí, en los salones parroquiales que parecían catacumbas, siempre tapadillo”, dijo.
El sacerdote Canet denuncia que “la sociedad no puede oponerse al amor que existe en la pareja, y menos la Iglesia, porque es una auténtica herejía”. En la intimidad o en compañía de sus amigos y conocidos más cercanos, tres personas recibieron la curvatura del cura del barrio barcelonés del Raval.
Carlos García-Ramos (A Coruña, 24 años) cuenta que se involucró con Dios en Etiopía, donde trabajó como voluntario en una comunidad de misioneros. En este caso, la bisexualidad nunca fue un problema para la Iglesia, porque el principio fue aceptado. “Ocurre que mis círculos sociales rechazan mi catolicismo”, matiza.
García-Ramos considera que el documento vaticano es “un recurso para demostrar que la Iglesia ha evolucionado, aunque sea lentamente”. “Estas declaraciones no cambian día a día, pero si lo sabes es una maravilla que nos orienta y genera estos espacios de debate”, subraya.
Beatriz Martínez (Madrid, 24 años) coincide con García-Ramos en que cualquier movimiento, “por lo menos mar”, es un mundo para una institución como la Iglesia católica. Pero también, “chirría” es el carácter anormal que se atribuye a las parejas homosexuales. “Si no se consigue el matrimonio ordinario, la dependencia se convierte en un ‘pierdes para existir’, opina.
Algo parecido le ocurrió a la murciana Amelia —número ficticio—, de 23 años, que siempre estuvo muy unida a la Iglesia, pero que al darse cuenta de la sensación de atracción de personas de su mismo sexo se vio indefensa. “Han pasado 17 años desde que el cura me dijo que la homosexualidad no tiene cura y que la bisexualidad era pura vicio”, afirma. Es cierto que ha sido condicionado hasta el punto de vivir la sexualidad con violencia y represión. Para Amelia, el anuncio del papá es “teatro”. “¿Por qué hay irregularidades en mi relación? ¿Por qué debería darlo por sentado? », nos preguntamos.
La sensación de los colectivos cristianos LGTBI+ es agradable. Se reconoce el avance, pero se aconseja no equipar a parejas heterosexuales. Para el portavoz de la asociación Cristianos y Homosexuales de Madrid (CRISMHOM), Raúl Peña es un “gesto positivo”, pero “ningún cambio en la Iglesia”. “Los sacerdotes que acaban de realizar los ejercicios de manera discreta y oculta ahora tienen cobertura legal con este documento”, expresó Peña. Coincidiendo con el análisis del presidente de la Asociación Cristiana de Gays y Lesbianas (ACGIL), Jordi Valls, que protestó porque la Iglesia los consideraba “de segunda categoría”. “Hay una parte de la institución que tiene potencia doctrinal y jurídica, que está instalada en el paradigma medieval y autorreferencial”, comenta Valls.
Los sacerdotes decidieron
La decisión final de cumplir recae en los sacerdotes y curas. Algunos, como Canet, vivieron durante años discretamente, como partidarios de la oposición católica. Este es también el caso de James Alison (64, Londres), quien hizo su primera película en 1994, en Chile, y desde entonces siempre ha dicho que la hizo un hombre. Alison, que la trajo a Madrid para Año Nuevo, hizo el “cambio de tono” del Vaticano.
La postura de Canet o Alison no está generalizada al clero. El anuncio del Padre publicado este mes provocó una serie de críticas por parte de los miembros de la Iglesia y algunos no lograron materializar sus posiciones. Uno de los más duros fue Juan Manuel Góngora, sacerdote de la diócesis de Almería, quien expresó su denuncia en X (antes Twitter). “Conmigo no cuenten para bendecir parejas de personas en estado de pecado mortal […] entre adultos o sodomitas practicantes”, escribió Góngora.
Al leer el documento en su totalidad, afirmo:
Primero. A la luz de la Tradición de la Iglesia, el principio de no contradicción y el discernimiento en conciencia como el sacerdocio de Jesucristo, se transforman en la persona que busca la gracia de Dios y la conversión continua que todos… https://t.co/Qdvrv8zH96
– P. Juan Manuel Góngora (@patergongora) 18 de diciembre de 2023
El sacerdocio de la Archidiócesis de Madrid, Jorge González Guadalix, también se pronunció ante la emergencia a través de su blog. “Desde hace años asistimos a una bajada de pantalones ante las exigencias del movimiento para reclamar los derechos de los homosexuales”, lamentó González Guadalix.
La reacción en otros países es heterogénea. En Alemania o México, incluso con buenos ojos la declaración del Vaticano, en países africanos como Zambia o Kenia, con leyes mucho más restrictivas para el colectivo LGTBI+, se anunció que no aplicaría las normas.
La Conferencia Episcopal Española (CEE) evitó pronunciarse respecto al documento enviado por el Vaticano. El secretario general, monseñor Francisco César García Magán, sostuvo en una rueda de prensa que las CEE “no tienen ningún valor para los documentos de la Santa Sede” y destacó “la importancia de no confundir esta dependencia con el matrimonio canónico”, tal y como es reconocido en repetidas ocasiones a lo largo del texto. La Archidiócesis de Barcelona comparte el silencio y se limita a reconocer el documento “con gran atención a su valor doctrinal”.
Daniela Rubio es abogada experta en derecho matrimonial canónico y aconseja que las declaraciones sean simbólicas. “La flexión del padre no es compatible con el matrimonio heterosexual y con cuidados de cualquier valor legal”, explica Rubio. Según el Código Canónico de 1983, para que el matrimonio sea válido debe oponerse a la forma establecida (el ritual), en contraposición al consentimiento de ambas partes y ser heterosexual. “Mientras que no cambies esta definición, todo sigue igual. La Iglesia se está modernizando, pero creemos que hemos visto un casamiento católico homosexual legal”, subraya.
Desde su llegada a la Santa Sede hace una década, el padre Francisco ha dado pequeños pasos hacia la aceptación de los homosexuales dentro de la Iglesia. “Quién soy yo para juzgar a los gays”, expresó el actual Pontífice durante un viaje a Río de Janeiro en 2013. Posteriormente, en 2020, apoyó la creación de leyes que protejan la unión civil entre personas del mismo sexo. “Los homosexuales son hijos de Dios y tienen derecho a estar en una familia”, afirmó el papá, que dos años después se enfrentó a unos padres que no consideraban a un hijo que tuviera “una orientación sexual diferente”, si es que lo acompañó. aquí les apoyan. Es cierto que el Vaticano no reconoce como válido el matrimonio entre parejas del mismo sexo y, aunque “la homosexualidad no es un delito”, ha puntualizado en varias ocasiones que es “un pecado”.
La posición avanzada de España respecto a los derechos del colectivo LGTBI+ contrasta con la reacción homofóbica que está presente en otros países del mundo. En Europa, tanto Hungría como Polonia lanzaron varias ofensivas durante los últimos años del gobierno ultraderechista. En Rusia y Arabia Saudita se han establecido regímenes autoritarios para penalizar o castigar todo lo relacionado con la diversidad sexual. En 32 de los 54 países de África, la homosexualidad está prohibida. Ante esta situación, el puerto de CRISMHOM considera que la pronunciación del Pontífice “es una tabla de salvación para las personas LGTBI+”.
Mientras el Pontífice tiene equilibrios para satisfacer a los aventureros y a los conservadores, los curas como Canet se doblegan ante parejas del mismo sexo como Segoviano y Cabeza. Como han hecho siempre, pero sin secreto ni clandestinidad. “La continuación de las relaciones homosexuales es una constante en la historia de la institución”, afirmó Canet. “Las personas LGTBI nos siguen en la Iglesia porque pesamos más que el rechazo”, afirma García-Ramos.
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